domingo, 31 de mayo de 2015

"Boca de llanto, me llaman 
tus pupilas negras, 
me reclaman. Tus labios 
sin ti me besan. 
¡Cómo has podido tener 
la misma mirada negra 
con esos ojos 
que ahora llevas! 
Sonreíste. ¡Qué silencio, 
qué falta de fiesta! 
¡Cómo me puse a buscarte 
en tu sonrisa, cabeza 
de tierra, 
labios de tristeza! 
No lloras, no llorarías 
aunque quisieras; 
tienes el rostro apagado 
de las ciegas. 
Puedes reír. Yo te dejo 
reír, aunque no puedas."

-J.S.


"Los amorosos callan. 
El amor es el silencio más fino, 
el más tembloroso, el más insoportable. 
Los amorosos buscan, 
los amorosos son los que abandonan, 
son los que cambian, los que olvidan. 

Su corazón les dice que nunca han de encontrar, 
no encuentran, buscan. 
Los amorosos andan como locos 
porque están solos, solos, solos, 
entregándose, dándose a cada rato, 
llorando porque no salvan al amor. 

Les preocupa el amor. Los amorosos 
viven al día, no pueden hacer más, no saben. 
Siempre se están yendo, 
siempre, hacia alguna parte. 
Esperan, 
no esperan nada, pero esperan. 

Saben que nunca han de encontrar. 
El amor es la prórroga perpetua, 
siempre el paso siguiente, el otro, el otro. 
Los amorosos son los insaciables, 
los que siempre -¡que bueno!- han de estar solos. 
Los amorosos son la hidra del cuento. 

Tienen serpientes en lugar de brazos. 
Las venas del cuello se les hinchan 
también como serpientes para asfixiarlos. 
Los amorosos no pueden dormir 
porque si se duermen se los comen los gusanos. 
En la oscuridad abren los ojos 
y les cae en ellos el espanto. 
Encuentran alacranes bajo la sábana 
y su cama flota como sobre un lago. 

Los amorosos son locos, sólo locos, 
sin Dios y sin diablo. 
Los amorosos salen de sus cuevas 
temblorosos, hambrientos, 
a cazar fantasmas. 
Se ríen de las gentes que lo saben todo, 
de las que aman a perpetuidad, verídicamente, 
de las que creen en el amor 
como una lámpara de inagotable aceite. 

Los amorosos juegan a coger el agua, 
a tatuar el humo, a no irse. 
Juegan el largo, el triste juego del amor. 
Nadie ha de resignarse. 
Dicen que nadie ha de resignarse. 
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación. 
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla, 
la muerte les fermenta detrás de los ojos, 
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada 
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente. 

Les llega a veces un olor a tierra recién nacida, 
a mujeres que duermen con la mano en el sexo, 
complacidas, 
a arroyos de agua tierna y a cocinas. 
Los amorosos se ponen a cantar entre labios 
una canción no aprendida, 
y se van llorando, llorando, 
la hermosa vida."

-J.S.G

sábado, 30 de mayo de 2015

"Dibujo tu perfil del faro a las murallas 
Luz de alucinación son tus ojos de hierro 
El mar salta en las piedras y mi alma se equivoca 
El sol se hunde en el agua y el agua es puro fuego 
Eres casi de sueño Eres casi de piedra en el vaivén del tiempo 

Arquetipo amoroso firme en la turbia edad 
esa manera tuya de calmarme las lágrimas 
De desbocar tu cuerpo contra el mío    Enloquecido 
como un potro en una llanura incendiada 
De verter tus palabras en mi entendimiento 
cual veneno que cura la ausencia 
De recordar cosas usadas y olvidadas 
con un vuelo que ilumina y asombra 

Es tarde amor. El mar trae tormenta 
Hay una luna pálida que recuerda tu ombligo 
Y unas nubes livianas y pesadas como tus manos 
beben sedientas   
 Así cuando yo sobre tu boca muero"

-R.G.J.

Del verbo pensar(¿le?) y demás.

¿Nunca han disfrutado de levantar la mirada mientras llovizna para ver las imperfectas y hermosas gotas revoloteando en el aire, luchando las unas contra las otras para obtener un lugar en el asfalto que va a acabar siendo el lugar de su muerte? 

Y sin embargo, es un muerte hermosa de tantas maneras que no podría ni sabría explicar, la lluvia lo vuelve todo hermoso; eso he ido aprendiendo, eso he  ido sintiendo. 
Y sin embargo, aún no soy capaz de explicarme ni cómo, ni porqué; simplemente tiene una magia que desata vivencias y emociones en mí. Un poco de vida con algo de risa atravesada.

¿Un poco de confusión con algo de alegría incluida?

¿Distraído o ignorante por conveniencia, quizá? Ni entiendo ni tengo claro, necesito algo más, necesito despejar algo más.
Quizá ella misma sea la respuesta, puede que sea yo ¿O tal vez la respuesta esté en los dos?
Ni temo, ni tiemblo, ni muero; espero, disfruto, quizá quiero.
¿Puede que no haya respuesta? La respuesta está ahí, en las afueras de su apartamento, adentro de su ser; también resguardada en mí lo está.
Son claras, como sus ojos.
Son claras, pero no sé cómo llegar a ellas.

Y quiero llegar a tenerlas.

Dicen que los besos bajo la lluvia son especialmente románticos
Pero ¿Qué pasa con los besos dados por la mismísima lluvia?

Vitae.

...Llevadme a las respuestas, por favor.
...Mostradme, como puedo por fin comprenderla.
Enseñadme, cómo llegar a ser el que su pensamiento atraviesa
Pero ¿Realmente quiero eso? ¿O son ideas arraigadas por tan bella confusión?
¿Le quiero? ¿Realmente quiero quererle? 
¿Verdaderamente?

Y le encontraré. Y con valor le diré lo que debo decirle. Y con cariño, le diré que le quiero. Y con descaro, averiguaré si quiero-quiero todo aquello.
Y sé que podría.
Y sé que puedo.
¿Sé que quiero?


...Vitae.

jueves, 28 de mayo de 2015

¿Le quiero? ¿Me quiere? ¿O todo es una jugarreta de la vida confundiéndome? 
¿Me confundo solo? ¿Con motivos? ¿O acaso es un sueño más?
¿Podrías responderme, si estás ahí?

sábado, 23 de mayo de 2015

L.

"...Que la dejaste respirar y se comió
el aire de los dos"

Sentados en el atril
O en el bulevar.
Hablando en morse
o en Braile.
Cantando a todo Pulmón
con cáncer o no.
Bailando con ambos pies
o con las manos, sentados.
Riendo al ver a la gente pasar
y volver.
Sonreír tiernamente
al ver cómo cada canción surcaba el aire.

Viviendo momentos,
alegrando vidas,
endulzando venas antiguas.

Renovando vías,
pintando tranvías,
guiando el nuevo día.

sábado, 16 de mayo de 2015

Poema sin destinatario.

Escribes estas tristes cartas
Esperando que alguien, algo
Se apiade de tu lamentable infancia,
Vida desahuciada,
Soledad arraigada.

Escribes estas pobres entradas
Esperando que alguien
Venga y te cure el alma,
te baile el agua,
te lleve a la luna.

Una joven guapa, quizá de 
ojos redondos,
gruesos
perfectos.

Una que te entre al alma por los ojos
y se quede refugiada,
bien guardada,
bailandote el agua
en secreto,
oculta de ojos ajenos.

Una joven guapa, quizá de
ojos misteriosos,
puertas de su ser,
cárcel de su alma.

Sus sueños ya son de otro,
sus caderas, de otras manos.
Y sigues ahí
Escribiendo, mi amigo, 
estas pobres entradas,
esperando quizá un respiro de luz, 
una bandera blanca,
un tenue resplandor, 
algo que te diga
"Bailemos por la paz.
Brindemos por la vida.
Cantemos por el agua."

Una joven guapa, quizá,
quizá no exista,
quizá yo no exista,
quizá sólo sea un ideal.
Quizá existe,
Quizá no.
Quizá siempre ha ido y venido.
Quizá ya olvidaste que hacer con tan fatigante destino.
Quizá nunca lo has sabido.

Quizá color.
Quizá sabor.
Quizá dolor.

Quizá, quizá, quizá.

Su vida otro color respira ya.
Su boca otros sabores duele también.
E ilusamente sigues ahí,
esclavo de tus palabras,
mártir de tu actuar,
doliente de tu pensar.

Una joven guapa, 
Quizá le quiera conocer.
Quizá le quiera.
Quizá le quiera para bailar el agua conmigo.
Quizá algún día, lo hará.
Quizá sueñe con ella.
Quizá quiera brindar hoy con el humo del cigarro en su nombre,
por aquella guapa, la cual desconozco su nombre.

Escribes estas entradas
Para recordarte a ti mismo
Que no hay camino que lleve atrás
Que la vida va hacia adelante y sin rumbo fijo
Siendo vos el compás
Y el timonel que decide el camino.

Una joven guapa
Con la cual deseo bailar
Y de su misterio, embriagar.



viernes, 15 de mayo de 2015

jueves, 14 de mayo de 2015

A L M A.

¡Cuanto descaro el del hombre que intenta negar sus errores en cara de otro hombre!

Y sin embargo, este no es uno de ellos.
Puedo estar desolado, puedo estar jodido, pero no por ello puedes decir que te hice daño. ¿ O si, Dana?
Ojalá leas esto, ojalá estés bien. Ojalá algún día sepas entender que no te deje por nada malo; simplemente, se me secó el amor. Y creo que estamos de acuerdo en que un amor forzado no conlleva a nada nuevo, no conlleva a nada bueno. 
Y te deje ir.

Ódiame, si quieres; puedes volverte el cliché del paso del amor al odio, si así lo deseas.
Mátame en tus recuerdos, si así lo anhelas.
Borra mi existencia en tu vida, si así llegas a sanar.

Te brinde desde mis lágrimas llenas de dolor hasta mis poemas vacíos de esperanza.
Te di, y, no me arrepiento de ello. 

Recuerda que en algún momento fuimos un infinito finito y bello.
Fuimos arcoiris y lluvia.
Fuimos Ingeniero y Arquitecto.
Fuimos, cada día, hasta el final.

Y te pido, por más descarado que suene, que no me olvides; pues yo no te olvidaré.
Fuiste mía, así cómo yo fui tuyo, ni el tiempo lo borrara.

No escogemos a quien ni cuando vamos a amar;
Mucho menos cuando vamos a dejar de hacerlo.

No me juzgues.
No me reniegues.
Te ame, cada día, hasta el final;
En medio de tormentas y desvelos,
Sin importar el tiempo y cuan desgarrada quedara mi alma.

Me enseñaste música y sabores.
Te enseñe el mundo y lecciones.

Y aunque no volvamos a este cuarto con cortinas desgarradas,
Lo que vivimos, fuimos y sentimos permanecerá;
Bien adentro de las memorias, los recuerdos y la mismísima historia del mundo.

Sobrevive. Revive. Vive.

"Se va
Por fin se acaba
Y ya no moriré al ver tu mirada."




sábado, 9 de mayo de 2015

V I V O.

Es todo lo que he tenido desde el primer momento en que empecé a recordar con euforia y clamor los primeros rostros de mi vida, los primeros olores y sabores del café en las mañanas antes de montarme en el carro y partir a recorrer la ciudad con mi abuelo. De la misma manera fueron quedando en mi memoria aquellos rostros salir por la puerta y no regresar jamás.

De pequeño, creía inocentemente que las personas nunca se iban del todo; que tarde o temprano volvían porque había lazos tan fuertes e irrompibles cómo un abrazo cálido en aquellos momentos dónde todo sabe a amargura y perdición que, aún con desvíos y prolongaciones en el camino, volvían a reunirnos. 
No temo de la muerte, temo al tiempo y al olvido.

Ahora, ya con la poca inocencia que quedaba adentro de mí arrebatada, dejo de ver color amatista y empiezo a ver monocromático; blanco y negro, no hay más colores en esta vida. 
He dicho que uno decide si ser luz u oscuridad en la vida, pero ¿qué pasa con aquellos que ya no quieren ninguna? Sólo respirar, sólo existir de manera desapercibida por temor a seguir flagelándose  por las ausencias de otros.

He ahí el problema; eres joven y esperas que todos te quieran cómo vos lo haces con ellos, pero, más grave aún, esperas que todos te guarden en su mente y corazón,  esperas que sigan ahí, así sea en la distancia. Eres patético, te lastiman cosas que ya sabías serían; eres un vacío andante.

Y lo soy.
Y han tomado ido tomando lo poco seguía vivo aquí, en este bulto andante de carne, huesos y desesperanza. Oh! Tan joven y tan lamentable! ¡Que destino tan deprimente te aguarda! ¡Ríe! ¡Ríe mientras puedas, porque el día de mañana no estarás, ni serás un mísero recuerdo!
Después de todo ¿Quién recordaría a alguien tan desgastante cómo yo? 

...

Es lo que soy. Es lo que seguiré siendo. El mismo que sigue escribiendo para no ahogarse con el abismo que se le forma en la garganta sin perdón ni piedad, el mismo que se entrega estúpidamente, el mismo que camina con la esperanza de ser abrazado por la espalda y ser reconfortado por breves instantes de la pena que carga en sus espaldas. El mismo que, caminando una vez por el desierto, un alma deambulante por allí le grito "ESCRIBIR PARA NO GRITAR" Y desde ese momento, ese pensamiento domino su mente; el despojo inspirado por el desierto a no temer mostrar sus paupérrimos versos, pues es la única salida, es la única vía para los que nos entregamos a las letras. Al final, los recuerdos se olvidan, la gente parte, los amores te aborrecen, pero las palabras son eternas e infinitas, perfectas, hermosas, y son todo lo que evita que perezca de asfixia.

Soy lo que soy. Soy  QUIÉN soy.  Soy mientras vivo un recuerdo efímero, un poema vacío, un verso sin sentido; pero con poder. Soy un imbécil lleno de resabios que algún día lo acabaran consumiendo. Soy la parte de mi alma que deje uno, dos y tres años atrás; las mismas partes que han ido muriendo por la gente y las circunstancias.

Y si bien me puedo ahogar con mis palabras, nunca me las tragaré, amor mío; son todo lo que tengo y no me retracto de ellas. 

...

Es gracioso cómo la gente lastima a los que hay a su al rededor, y es aún más gracioso aquellos lastimados sean tan amantes cómo para seguir ahí, aún en la distancia, para ellos. Es gracioso, porque soy así. Es gracioso, porque ya ni sé si amo u odio ser así. 

Dadme luz, dadme paz, o de lo contrario, acabad conmigo. Rápido, por favor.

Un profesor me dijo un día "El mayor dolor que puede sentir alguien es estar rodeado de gente y convencerse de estar solo" pero, siempre he pensado que esta equivocado; el mayor dolor que puede vivir alguien es estar rodeado de gente y saber que esta solo ahí dónde se encuentra.

Y sigo cuestionando cómo me mantengo vivo.
...

Grito en la cima de la torre: SIGO VIVO, MUERTO, PERO VIVO. Y sin esperar más, retomo el camino y encaro al olvido y a la helada que trae consigo.

Soy mientras vivo un recuerdo efímero, un poema vacío, un verso sin sentido.