martes, 22 de diciembre de 2015

Un día me preguntaron '¿Quién eres?' y desde entonces he intentado dar una respuesta subjetivamente clara y precisa de ella. He dicho que 'Soy mientras vivo el dolor que percibo y los versos que escribo' pero así mismo he dicho descarada y contradictoriamente (Y digo descarada por el hecho mismo de la contradicción tan esporádica)'Soy el amor que siento y la entrega que brindo'
Así mismo, quizá pueda afirmar parcialmente que soy lo que el momento hace de mí. Puedo decir, afirmar y asegurar que el 'yo' que 'es' hoy día no es el 'yo' que 'era' hace 3 años; basta con leerme para saber dar cuenta de ello pues, al fin y al cabo, yo soy lo que escribo. Puedo ser lógico, científico y analítico en mi diario vivir teniendo presente la situación; pero no puedo negar lo que soy aquí, en mi escribir. 
Permitanme admitirlo, antes de que alguien más lo pronuncie en alguna desafiante conversación; yo no soy ni dolor, ni entrega, ni amor, ni la imagen o el recuerdo del pasado, soy más que eso.

Soy la recopilación de todo lo que he vivido, todo lo que he decidido, todo lo que he hecho  y todo lo que he sentido. 
Soy mis pensamientos al despertar cada mañana, mis sueños y esperanzas, mis esfuerzos por volverlos parte de mi realidad.
Soy el pasado y lo aprendido de el, el presente en el cual lucho y el futuro que anhelo.
Soy pasado, presente y futuro.
Soy convergencia.

lunes, 21 de diciembre de 2015

(Zero)

Me libero a mí mismo de las cadenas que me retenían y limitaban como ser. Más allá de los recuerdos mismos, muchísimo más lejos, en horizontes tan distantes que se deforma la vista y la percepción de lo humano que es el ser como tal; pero ¿qué es ser? ¿por qué soy?. Incontables tratados y textos filosóficos han intentado darle respuesta o al menos algo de claridad a lo que es el ser, pero, tras leerlos, muchos (incluyéndome) quedan con un amargo en la boca ya que la respuesta no es para nada lo que en muchos casos esperaban. Es estúpido, sin embargo; eso de sentir decepción ante algo que de una manera u otra, sea como sea, en el entorno y contexto que sea, es tan subjetivo como una discusión de colores entre un daltónico y una persona con una percepción normal. 

Creo que nunca perderé esa costumbre a la cual, valga la redundancia, me he acostumbrado. Esa jodida pero bella costumbre de extenderme y extenderme en explicaciones o expresiones simplistas, llegando al punto de ser redundante y en algunos casos, irritante al no saber aclarar mi idea Una vez me dijeron que lo más jodidamente genial de estar con alguien que escribía era el hecho de que su percepción de la vida y las situaciones mundanas llegaba a ser tan amplia y soñadora que daba la ilusión de que era un universo encerrado en el mismo escritor.

Pero me libero de todo lo anterior, de los despojos, de la muerte, de los sueños y los amores rotos, del dolor, del cansancio, de los recuerdos. He aprendido suficiente de ellos y de observarlos otra vez con lupa y detalle vislumbrando el pasado; he cargado con ellos mucho tiempo pero, ahora, los voy a dejar aquí, encerrados y capturados en el olvido y junto con todo aquello que he dejado empacado en cajas aquí en esta ciudad de papel. Quiero ser libre. Hoy, me declaro a mí mismo, libre. Y lo agradezco. Agradezco cada detalle y situación que me hicieron persona y que me formaron a ser lo que soy hoy día. Hace poco, alguien a quién quiero y admiro mucho, me dijo que ojalá algún día vuelva y podamos volver a ser los jóvenes que fuimos en la época en la que nos encontramos. Ojalá vuelva, ojalá no me olviden, porque tengan por seguro que, si me conoces y estás leyendo esto, sin importar quién seas, no te voy a olvidar. 

Me libero, me libero, me libero y empiezo por fin a volar. Vuelo, vuelo, vuelo y empiezo a soñar. Sueño, sueño, sueño y empiezo a volver el sueño realidad.

Camino al ritmo de la música por las abarrotadas y nocturnas calles de esta bella ciudad que me acogió cuando no era más que un pobre y timido muchachito que no se sentía apto ni suficiente como para acercarse a los demás individuos que le rodeaban. Viví, crecí, sentí, quise, amé, soñé, odié, fui, mentí, dolí, reí, aprendí, me fui; volví. Y volveré. Quizá pronto, quizá no, pero volveré y una vez más, por fin, seré. 

Llegó a las puertas del vuelo en el cual emprendere ahora mi viaje, sabiendo que el camino que he recorrido hasta ahora solo era un calentamiento para todo lo que vendrá; por mi, por ti, por todos. Gracias a todos por haber estado conmigo y haberse vuelto parte de quién y qué soy. Hoy, despego en vuelo hacia un horizonte sabiendo que, sin importar lo que hubiera pasado, las huellas y pasos que di, no fueron en vano. 

Hoy, mañana y siempre, gracias.

Dedicado a todos y todas las personas que marcaron mi paso por esta ciudad, para bien o para mal, fuese como fuese.

domingo, 20 de diciembre de 2015

(Minus) -1

"¿Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fáciles. Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como sise pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al vesre. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto. Pero estoy solo en mi pieza, caigo en artilugios de escriba, las perras negras se vengan como pueden, me mordisquean desde debajo de la mesa. ¿Se dice abajo o debajo? Lo mismo te muerden. ¿Por qué, pourquoi, why, warum, perché este horror a las perras negras? "

"Me desperté y vi la luz del amanecer en las mirillas de la persiana. Salía de tan adentro de la noche que tuve como un vómito de mí mismo, el espanto de asomar a un nuevo día con su misma presentación, su indiferencia mecánica de cada vez: conciencia, sensación de luz, abrir los ojos, persiana, el alba. En ese segundo, con la omnisciencia del semisueño, medí el horror de lo que tanto maravilla y encanta a las religiones: la perfección eterna del cosmos, la revolución inacabable del globo sobre su eje. Náusea, sensación insoportable de coacción. Estoy obligado a tolerar que el sol salga todos los días. Es monstruoso. Es inhumano. Antes de volver a dormirme imaginé (vi) un universo plástico, cambiante, lleno de maravilloso azar, un cielo elástico, un sol que de pronto falta o se queda fijo o cambia de forma."

viernes, 18 de diciembre de 2015

(Minus) -2

Resulta divertido una vez que te das cuenta de lo violento que es el tiempo, la manera en que pasa, en la que te golpea y luego descaradamente, aún recordando y sabiendo bien todo lo que vino y se fue con el, tenemos el descaro de preguntarnos a nosotros mismos y a las personas a nuestro al rededor '¿Por qué se me fue la vida tan rápido?' 
Pareciera ayer cuando caminaba en la orilla de la playa junto con mis padres, con ambas manos agarradas a uno y al otro. Jugaba con la arena y me revolcaba buceando hasta tocar el fondo del mar; resultaba increíble cómo alguien podía salir tan sucio en medio de tanta agua. Mis recuerdos de aquella época hoy en día están muy nublados, memoria selectiva, le dicen. Quizá sin saberlo no quiera recordar porque entraría en aquel círculo de reclamarle al viento que los tiempos pasados fueron mejores, sin importar cual de todos fuera. 
Era pequeño, joven, inocente. Me pregunto dónde quedo aquel niño pequeño que no conocía la maldad y estaba ajeno de todo daño. 

Pero el tiempo golpeó. 
Y golpeó fuertemente, tan fuerte cómo un huracán llevándose por delante y sin piedad alguna todo lo que conocía, todo lo que quería. Ningún niño merece eso, bajo ninguna circunstancia...
Pero fui creciendo en medio de todo eso.

CAMINÉ en medio del huracán, con la vista nublada y las manos cortadas por tanta violencia traída por el tiempo y la vida contra mí. Qué va. Qué vida, qué tiempo. Fueron las situaciones y las personas traídas por el tiempo y la vida. Es cómo una jerarquía, si lo detallamos a medida; vida y tiempo son jefes, situaciones y personas son empleados. Tiempo y vida a la par, luchando por arrastrarnos de vuelta a las profundidades del mar. Toda está lucha se vuelve especialmente peligrosa cuando le tomas amor a la tormenta y disfrutas estar bajo ella. No es lo mismo que una cálida lluvia. Es, por el contrario, una tormenta muy hija de puta; puta dicho en el sentido no de dama de compañía, sino en sentido de porquería. Hay que ser claros  y precisos. 

No escribo esto buscando compasión de ningún lector, pues sé que alguien en algún momento llegará a esto por algún medio. Hoy, los años han pasado y me han golpeado fuertemente, pero en medio de esto, debo decir que no tengo la misma visión que tenía cuando rozaba los diez años. Hoy, casi diez años después, me he dado cuenta que las personas van y vienen, las situaciones van y vienen, las preocupaciones resultan estúpidas; pues si el problema tiene solución, no debe de haber preocupación, y si no tiene solución, de nada sirve tener preocupación. Las personas se van, los amigos, la familia, los lugares que amamos eventualmente dejaremos de visitarlos, los recuerdos tarde o temprano serán olvidados, los sueños (En toda su magnitud y amplitud) poco a poco, también son cumplidos, olvidados o dejados de lado; todo va y viene. La vida es un constante vaivén, al igual que nosotros. Vamos y volvemos día a día entre la vida y la muerte, algunos, vamos y volvemos entre la muerte en vida y la vida misma a medida que pasan los días. Pero no es malo, es parte de la misma vie y debemos aprender de ello.

Incluso yo, en algún momento sé que llegué y me fui de la vida de alguien. Pero a pesar de esto, de algo sí puedo estar seguro; no vine para ver si puedo. Vine a dejar marca, huella, paso, tatuaje, en la vida de todos los que me rozan, para bien o para mal, cómo dolor de cabeza o cómo refugio para el alma. 

Las personas van, vienen, se quedan un tiempo y se vuelven a ir, pero lo que somos y fuimos en ellos, y ellos en nosotros, son marcas que trascienden el tiempo y la vida, la vida y el tiempo, el tiempo y la vida. Somos, fuimos, seremos.

Soy pan, soy paz, soy más.

Soy un montón de cosas santas
Mezcladas con cosas humanas.
Cómo te explico,
cosas mundanas.

(Minus) -3

Ojalá y no se de cuenta de que esto es para ella, aunque, la verdad, mantiene brillando e iluminando tantas vidas que difícilmente se inmutara para leer estos pobres y cansados fragmentos.


Ocaso. Es la palabra que mejor le define, pues ella misma es la encarnación de este punto  donde día y noche se encuentran y abrazarle; así mismo, siguiendo esta lógica, abrazarle es como abrazar un astro resplandeciente sólo con verle los dientes que surgen cuando rie por estupideces como si fuera una niña pequeña.
Debo admitirlo. Para mí, ella es una niña pequeña. Una pequeña y linda niña.

Qué te puedo decir yo, cuando la verdad no quiero hablar de más porque no quiero ponerme a llorar. Nunca, ni en mis más alocados sueños llegué a imaginar que a este momento, a pocos días de mi partida, diría, pensaría y sentiría cuanta falta me harías. 

Créeme, en  estos momentos no hago sino imaginarme como va a ser estar perdido y desorientado en la gran ciudad, más aún ante la duda de que no sé si yo la devoraré a ella o si será la ciudad la que me devoré a mí.

Y qué será de nuestros escapes para tomar café y contarnos historias tontas pero increíblemente bellas en más de una manera. Qué será de mi sin ellas, me pregunto.
Por ello, me prometo aquí, a mí, escapar de los suburbios para venir y reunirnos junto al humo que desprende el café que, ya lejos de vos, no me volverá a saber a lo mismo. ¿Quieres saber, entonces, a qué me sabrá de ahora en adelante?; A lluvia, a risas y a aquel sitio dónde me refugiaba de la vida.

Me dijeron que algún día, quizá cuando volviese (Si volvía) en algunos años, podríamos vernos junto con todos y volver a ser jóvenes una vez más y disfrutar del libertinaje y las idioteces que tan seguido solemos hacer; sólo espero que no me olviden.
Lo dije tantas veces, me lo dije a mí mismo tanto que tiempo que parecía impreso en mi lóbulo: "No quiero ser recuerdo" 
Pero hoy, a tan poco tiempo de mi partida, te pido que, por favor, no me olvides. Y ten por seguro que yo no te voy a olvidar.


Niña tonta y fea.

Te quiere, 
Carlos.



(Minus) -4

Hoy, más que nunca, menos que siempre, intermediamente, vuelve a mí una de las razones por las cuales sigo vivo; respirando, caminando, empujando. 

Sigo vivo no porque soy un sobreviviente
Pues hace años me cansé de vivir sin poder ser valiente.

Sigo vivo, porque soy mientras vivo el amor que siento y la entrega que brindo.
Sigo vivo, porque no estoy aquí de paso ni en vano.
 Sigo vivo, porque estoy aquí para dejar profundas huellas en distintos caminos,
Mientras me encamino a hayar el mío.

Sigo vivo, porque le tengo, porque les tengo, siempre aquí, conmigo.

Sigo vivo, pues aún tengo por delante
Un interminable camino.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

(Minus) -5

Let me be the one walking by your side.

He pasado mis últimos días encerrado en mi hogar y mis adentros (¿No son lo mismo al fin y al cabo?) guardando todo en cajas antes de partir. Recuerdos, imágenes, sensaciones, momentos, canciones, bailes, dolores, todo venía tan de golpe a medida que iba empacando que tuve que dejarlo todo y recostarme viendo para el techo un largo y tortuoso rato que hacía eterno a medida que cerraba los ojos y veía figuras nacidas en los adentros de mi mente recorrer el cuarto para finalmente yacer a mi lado; habían dragones, serpientes, gatos pelirrojos que parecían abrazarme y susurrar un 'te quiero' a medias. Estaba feliz, ahí, recostado con mis mascotas imaginariamente reales, cuando en un rincón de la habitación detalle un arcoiris opaco y apagado.
Fue entonces cuando vino a mí; porque empecé a escribir y porque volví a amar, aún en medio de circunstancias y tiempos adversos.
Fue entonces cuando recordé que cuando estuve perdido y ahogado, tomé fuerzas y nade aún más hondo para rescatar a alguien que permanecía en cadenas en el fondo del abismo.
Fue entonces cuando los recuerdos de épocas mejores vinieron a mí, cuando despertaba sonriendo por 'sorprendentes' y ya esperados mensajes en mi móvil; hoy, ya no llegan esos mensajes, de nadie y duele.
Fue entonces cuando después de mucho meditar, analizar y pensar, que recordé que lo que amas, te mata y, si no te mata, te daña.
Please remember that I'm yours to keep, my beautiful girl. Please, do it, always, even when I'm gone and far away from (you) home.
Please, don't forget it.
Please, don't forget me. 

martes, 15 de diciembre de 2015

(Minus) -6

Desde pequeño he tenido cierta fijación por los números, me resultan incluso mágicos por cómo se transforman para poder relacionarse o dar explicación a los fenómenos que ocurren a mi alrededor. Tanto así que a veces, muchas veces me hubiera gustado que unos cuantos números hubieran dado respuestas a las inquietudes que surgieron en mí durante mi estadia en esta ciudad. 

Muchas preguntas por fuera y pocas respuestas por dentro.

La incertidumbre y la falta de respuestas siempre tuvieron la misma expresión, pero en diferentes formas; descontrol. Salir de los esquemas y bailar en la mesa del bar, cantar hasta quedar sin garganta, gritar hasta no poder más; incluso, de vez en cuando, surgieron algunos delirios de fármaco que nunca acabaron de la manera adecuada. 

Ahora, estando a pocos días de la víspera de mi partida, me pregunto en mis adentros y aquí, en mis versos ¿Qué me impulsaba a seguir brindando, aún sabiendo que al final quedaría de lado? Son cuestiones que no acabo de comprender, aunque es mejor así; hay misterios que surgieron para no ser resueltos, sino para ser justamente eso, misterios. Y son mágicos. No toda magia tiene que ser buena, quizá, en algunos casos, puede ser oscura y aún más poderosa. Pero prefiero seguir así, ignorando si es buena o mala y seguir admirandola.

Sólo necesito despegar, dejar este paraje, caminar...
Respirar.

(Minus) -7

Siete días y contando en reversa. 
Un nuevo destino, un nuevo horizonte.
Siete.
Desde pequeño he temido a los truenos y a las tormentas, incluso llegaba a esconderme debajo dde mi cama por temor a que uno algún día me matara. Era pequeñísimo y muy tonto, incluso más de lo que soy hoy día; me causaban pavor los hermosos fenómenos naturales que hay en este planeta. 
Sin embargo, contrario a lo que mis padres y muchos familiares decían, no perdí ese temor, sino que, más bien, evoluciono; empece a temer a las tormentas humanas.
¿Nunca leyeron Rayuela? El mismo Cortázar decía que el amor era un rayo que te partía los huesos (Suena doloroso ¿No?); nada más cercano a la realidad. 
El mayor problema de las tormentas humanas es la belleza que manejan. Déspotas, espontáneas, agresivas, fuertes y, de a ratos, pasivas, suaves, pacíficas; ¡Y más grave aún! ¡Te enamoras de ellas cuando menos lo esperas!; Pero entonces, un día despiertas y recuerdas...
Que las tormentas vienen tan fácil como se van.

Y entonces, te das cuenta de que tener lluvia cayendo en ti
Es lo más bello que podrías sentir.

Y entonces, recuerdas...
Lo bella que era la tormenta
Y toda la lluvia que trajo con ella.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

sábado, 5 de diciembre de 2015

Me estoy quedando sin tiempo aquí en la ciudad. Pronto me veré lejos, rozando entre las fronteras del más allá y la realidad mundana que de a ratos desearía no fuera así; tan vacía, tan falsa, tan sinsentido como las palabras dichas por una persona a otra. Quería disfrutarle, de verdad que quería hacerlo, pero al final del día no hay nada más cierto que el hecho de que las mejores personas sufren debido a las personas que más aman y que, más grave aún, la consideración se ha vuelto un lejano sueño que nadie puede alcanzar.

Que se queden los bares sin whisky, el mundo sin agua y el cielo sin ventanas, pues justo ahora me pregunto el porqué decidí amarle sin condiciones y sin importar situaciones; al final, no sirvió ni valió nada. 

Que se quede mi sangre sin whisky y mi vaso sin soda, tiempo, por favor, aléjala de mi memoria.

jueves, 12 de noviembre de 2015

"Jamás te cures de quererme, 
pues el amor es como Don Quijote: 
sólo recobra la cordura 
para morir. 
Quiéreme en mi locura, 
pues mi camisa de fuerza eres tú, 
y eso me calma, 
y eso me cura."

She said 'Please, don't go' and he left.

Para no perderme mientras te camino dejo trazado en el río que te recorre un mapa que me oriente para volver al lecho que infantilmente denominaba 'Hogar'. Estoy a punto de partir ¿Sabes? Oh, vaya que lo sabes. Te vuelvo a tener en mi vida después de tanto y justo ahora que lo hago, estoy a punto de partir para quizá no volver; ya no es una historia dicha vacíamente, ahora es distinto, ahora es definitivo. Las montañas me esperan con su helado viento que siento me abraza y me dice 'Bienvenido a tu nueva casa'. Me da miedo partir, me da miedo ir, me da miedo porqué no sé si quiera volver, me da miedo porqué no sé me vuelva a sentir en casa aquí en la ciudad, me da miedo porqué ya no tendré cerca el lecho que infantilmente sigo llamando 'hogar', me da miedo por mil razones y a al vez tomo la valentía y el coraje para hacerlo por diez mil otras.

Una vez dije que la ciudad me resultaba tóxica y me estaba destruyendo, estaba eliminando de mí poco a poco los rastros de lo que una vez fue y ya no volvió a ser. ¿Quieres que te diga algo? Aún cuando estoy temblando de miedo al punto que las letras, las palabras y las ideas fluyen descontroladamente y no me dejan despegar las manos de aquí del teclado, sigo estando seguro de que es lo mejor que puedo hacer en estos momentos. No estoy huyendo, por favor no creas que lo hago. Necesito respirar otro aire, necesito des-enraizar y despegar vuelo; el mundo me espera y aquí siento que mis alas no van a extenderse jamás. Vivimos en un mundo demasiado grande cómo para que nuestro mayor sueño sea mantenernos cautivos de nosotros mismos en el mismo punto, en la misma ciudad, por el resto de nuestras vidas. Y creceré, más de lo que nadie espera que lo haga. Creceré al punto que recorreré nuevos horizontes y despertaré nuevas percepciones, de manera que tendré visiones renovadas del mundo que a veces siento que arremete contra mi vida y me asfixia sin piedad alguna.

Estoy volviendo a alucinar debido a la deshidratación, por favor, no me odies. Estoy desapareciendo y sigo sin saber a quién más voy a recurrir.No sé lo que digo y pierdo el hilo de a dónde quiero ir.¿Quién soy y adónde voy? ojalá supiera; sin embargo, te puedo asegurar que sí se algo

it might not be the right time, but I promise you that It'll be one day, sooner or later. Just wait for me, please. Just wait.



Si me pierdo, encuéntrame. 
Si te pierdes, yo contigo, 
y juntos leeremos en las estrellas 
cuál es nuestro camino. 
Y si no existe, lo inventaremos. 

Diario de un Diseñador de Arquetipos. X

X

No se trata de reír para no llorar, se trata de reír para olvidarte llorando.

Hoy quiero pasar el día con los ojos cerrados y con los nervios parados, discúlpame de antemano si escribo feo o algo. Tomé la decisión de no ver hoy porque quiero sentir que no envejezco otro día más, porque no quiero sentir como el tiempo va arrancando toda gloria y vigor de mí. Me da miedo envejecer y empezar a depender (de otros) para el simple acto de vivir; aunque de a ratos me esfume y deje de existir ¿Que tan bello será ser etéreo? Volar, viajar y ser uno con el viento, dejando atrás viejos miedos y malos momentos. Una vez, hace mucho, le pedí a alguien que volara libre y feliz: Le dí mis montañas y mis alas para que lo hiciera sin esperar más; muchísimas veces tomo todo, y se fue, y volvió, y se fue, y volvió, y me fui, y volví, y me fui, y volvimos, y nos fuimos, y volvimos a volver. Nos quisimos, y nos dejamos. Nos vivimos, y nos dañamos. Pero vaya que nos quisimos.

Es divertido, incluso, rememorar, volver, pensar, revolver, dañar(nos), querer, buscar, romper, hallar, caer, fallar. Es divertido, porque me recuerda os pilares que me hicieron sentir vivo cuando el viejo mundo aún estaba en pie; pero no lo digo como motivo de sonrisa o risa, lo digo porque me recuerda el y lo estúpido que fui y era (¿O soy?)

Aunque tengo los ojos cerrados, escucho las olas golpeando contra la costa. Me gusta verlo (Y verme) como una bella analogía; soy una costa golpeada por olas a lo largo y ancho de mi vida. A veces sucia, dañada e impía, otras veces pura, limpia y tranquila. Soy la costa y el mar; los que fueron y vinieron son las olas y lo que con ellas arrastraron despojando-me o brindando-me de paz o jodida complejidad.

Las olas me erosionan y me van dando forma. Quizá sean viejos amores que no han dejado la memoria que es este mar, los mismos que me han vuelto más blando mientras veo el tiempo pasar. Ya no soy lo sólido que era antes, me he vuelto blando; por eso, amor, a veces, sólo a veces, me da temor llegarte por fin a conocer, he sido herido lo suficiente, he sangrado lo suficiente. Ya ni sé cuanta sangre quede dentro de mis venas, pero quiero que vos seas la dueña de la poca que queda; un esquizofrénico suicida enamorado, quién lo diría.

Quiero construir una atalaya en medio de las nubes donde podamos vacacionar, a donde podamos escapar del ruido de la paupérrima ciudad que nos rodeara cuando la acabemos de diseñar, cuando la comencemos a construir. Seriamos reyes del mundo que apenas empieza. Y, si te interesa, prometo pasar cada día de mi vejez redactándote y recitándote infinitos poemas escritos para la vida y unos cuantos menos escritos para ti; eso si, te prometo que mi pluma y papel seguirán evocándote sin importar que.  A cambio, sólo te pido que escuches bajo el cielo mis tontas e interminables historias, son memorias de un viejo que aún piensa porque hay seres que le escuchan y atienden cuando todos los demás desatienden.

Tal vez quiera y necesite algo más simple, quizá sólo deba dejarme llevar, aunque suene demasiado bien. Dejarme llevar por la corriente, dejarme llevar por el mar. Qué vida sabrá dónde pueda terminar, o volver a empezar. No suena mal quedar a la deriva por naufragar, no suena para nada mal; perderse es a veces la única manera de encontrarse, de encontrarme, de encontrarte por casualidad en medio del Atlántico de la vida.


martes, 3 de noviembre de 2015

...Gone, bye.

La cuestión más hija de puta de todo esto es que no sé ni dónde estoy parado ni hacia dónde voy caminando. Caminante no hay camino, se hace el camino al andar. 

¿Pero cómo me es posible andar cuando siento que no tengo piernas ya? Floto, levito, vuelo; lejos quiero, quiero lejos, muy lejos. Nadar en otros océanos.

Olvidarle, olvidarme. Dejar atrás todo; todo es efímero, al fin y al cabo.

¿Yo soy efímero? ¿Por qué aún cuando sé que lo soy me siento eterno e inmortal? De las heridas ha brotado tanta sangre que es la única respuesta lógica a la constante interrogante, la número 23, para ser exacto ¿o era la 1104? Son tantas que ya ni sé dónde guardarlas.

Me desvanezco en la neblina tras salir del bar y en medio de mi caminar empiezo a recordarlas; recorro poco más de media cuadra antes de caer y recordar lo imposible que es para mi olvidarlas.

Me levanto pobre y lamentable del cálido pavimento, sólo para levantar la mirada y contemplarla ahí parada tras el farol...

Era definitivamente ella, y seguía brillando de la misma manera.

Entonces vino a mí.
Yo no quiero ser olvido,
Pero tampoco quiero ser recuerdo.
No quiero punto intermedio,
Ni tampoco un extremo.

No quiero estar a la deriva,
Quiero que ella esté en mi vida.

No quiero más vaivenes en mí,
Necesito aire y tranquilidad al fin.

Te quiero aquí.
Mi hermosa, mi bella
Abigail,
Cuánto he esperado por ti.
Aún cuando sólo te tengo de a ratos,
Ya no escucho otros cantos,
Sólo te veo a vos en esta habitación llena de tantos.

Estoy en medio de la sala
Lamentando y contando las balas.
Ya no tengo alas,
Pues la perdí por tan temibles garras.

El fin está allí,
Es hora de emigrar de aquí.

Necesito volar,
Pero mis alas ya no están.

Necesito salir,
Pero mis piernas no responden ante mi.

Necesito...
Necesito...
Olvidarme de mi. Perderme. Desaparecer. No volver. Morir. Por fin.
Ya tendré tiempo para renacer en otro lugar,
soló quiero que mis ojos dejen de llorar.

No quiero que libertad me espere,
Quiero borrar su huella de mí.

No quiero amar más las espinas de la rosa
Quiero amarla sin sangrar por ello.


Estoy cansado de escribir,
Pero las palabras no dejan de salir,
Me tienen encarcelado para no vivir;
Enterraré mi cárcel
Y borraré de mi memoria
Todo rastro de...
¿De qué?






domingo, 25 de octubre de 2015

Forever Lost.

Cuando era pequeño me preguntaba día a día cómo se sentiría la vida una vez fuera adolescente. En aquel entonces, creía que una vez llegará allí dejaría de sentirme tan reprimido por el mundo, que empezaría a tener voz en todo aquello que pasaba a mi alrededor en lugar de quedarme impotente observando cómo todo el mundo simplemente determinaba 'lo que era mejor para mí', sin preguntarme en mi inocencia si iba a ser feliz o iba a estar bien con ello. Entonces, por fin, llegó la adolescencia y todo a mi alrededor seguía pasando de igual o peor manera; miles de preguntas por fuera y pocas respuestas por dentro, es quizá una situación incómoda. Y más cuando todo a tu alrededor está teñido de incertidumbre. 



Creía que por fin podría ser libre de decidir por mí, que sería considerado lo que creía y sentía bien adentro de mí. Era pequeño, ignorante y me faltaba mucho por conocer del mundo en el que vivía; sin embargo, tenía la suficiente consciencia cómo para saber si algo me iba a hacer daño o no. A nadie le importaba, al fin y al cabo. Me fui cansando de no ser escuchado, de no ser considerado, de ser tratado como un pequeño que no sabía nada del mundo de afuera. 

Llegadas en la madrugada ebrio a más no poder, todo el humo que podría consumir y respirar, todo dentro de mí. Fue entonces cuando sus ojos voltearon a mí. Ofensas, preguntas y comentarios represivos cuestionando el porqué actuaba así. ¿De dónde más lo aprendí? La respuesta era obvia, pero nadie lo veía, nadie quería verlo ¿Por qué querrían de? Tampoco iba a responder, prometí que no lo haría jamás.

Son mis pecados,
Cómo en aquel Diciembre que caí sobre mis cimientos
O Aquel Marzo en el que le dejé ir 
¿O quizá le deje antes?
¿Tal vez nunca fue destinada a mí?
Nade tantas veces contra la corriente que reinaba mi vida
Tantas vidas forzadas en mí
Que dejé de distinguir lo que el planeta,
O la vida traía a mí.

Tal vez el Arcoiris nunca fue destinado para mí
Pero le forcé 
Y de él me enamoré
Y hoy
Esta noche
Confieso
Arrepiento
Haberle
Dejado
Partir.

Pero confieso, también
Haberle amado con todo el ser
Y seguir amándole
Aún cuando ya no sé
A dónde voy
O en dónde estoy
¿En un asteroide de la lluvia de Junio?
¿En la niebla que cubría la casa dónde reía-mos?
¿En la avenida dónde le tomaba la mano y me sentía a salvo?
Ya no sé.

Pecado, perdón, perdón, pecado. 
No recordaba
Lo que era el arrepentimiento
Y quizá cause risa,
Patético, también,
Pero ahora,
No hay más verdad
En mí.



Pero hoy es una nueva noche y siento el tiempo conmigo. La nostalgia me gana, cómo suele hacer en los días fríos como este. El bar donde me desahogo está cerrado, así que hoy no puedo ahogar mis memorias en un mar de tragos. Tengo los bolsillos llenos de arena ¿Pero cuando fui a la playa para encontrarme de tal manera? Probablemente sólo sea el olvido que guardo en el portaequipajes del auto. 

El frío reina y el silencio en las calles impone su ley marcial. No hay un alma que murmulle ni venga. La entrada del edificio está bloqueada, así cómo la de mi alma para mí mismo. Soy un océano abierto al navegante, pero con la red en la playa para que nada de el salga. 

Yo no quiero ser recuerdo.

Ni tampoco ser olvidado. Quiero seguir viviendo dentro de la mente, no quiero estar atrapado en el mar de oblivion hasta ahogarme en él y no ser nada, nunca más. Pero la corriente me gana y los barcos que entran, muchas veces rompen la red y logran que del océano salga algo más allá de la efímera comprensión de mi mismo ser; lo atrapan, lo exprimen, lo manejan a su antojo, sin importar cuando desgastado termine lo que tomaron. Quién diría, todo para el final, volverlo a arrojar al mar, desgastado y acabado. 



Se hace tarde, amor. El mar trae tormenta. 
Y te necesito en mi vida.
Dónde sea que estés
Sólo ven,
Sólo ven...

Te espero con mis errores,
Mis barrabasadas
Que si bien dañinas
Inocentes son
Pues nunca quise hacerte daño
Sólo fui ciego,
Y al ser ciego
Quedé desamparado.

Pero hoy te extraño
Y no me da temor aceptarlo
Ojalá me vaya
Y así pueda dejar de caminar
Las calles donde aún te veo sentada.

Existe la efímera e intangible posibilidad de que mañana, por fin, pueda detener el tiempo. Me volveré un poderoso hechicero y aprenderé a manipular el tiempo, pero no para devolverlo, sino para detenerlo. Sí, así es. Voy a detener el tiempo. Voy a detener el tiempo a mi favor. Voy a detener el tiempo, para matar los recuerdos. Voy a detener el tiempo, para no tener ataduras. Voy a detener el tiempo, para que ya no estés, jamás. 



Pero no voy a cambiar lo que hay en mí,
Pues son mis pecados.
Son mis errores,
Son la prueba de que vivo,
Son la prueba de que puedo sufrir,
Son la prueba de que puedo amar.
En ellos está el aire que respiro,
y con gusto me mantienen intranquilo; 
Pues así como me equivoco, 
también me corrijo.

Te espero, aquí, en el centro del laberinto,
Seas quién seas,
Pues te recuerdo,
Pero también
te olvido.








martes, 13 de octubre de 2015

Mind + less

Queríamos cambiar al mundo; ahora sólo queremos que el mundo no nos cambie a nosotros.

Sólo buscábamos y soñábamos ilusamente que lo que hacíamos iba a cambiar al mundo, que a pesar de ser unos pocos nuestra minoría se volvería tan poderosa como la mayoría que tan encerrada está en sí misma; en eso se nos iban los días, en resistir, persistir, subsistir, existir. Las flaquezas de nuestros ideales eran compensadas por el ánimo que teníamos para defenderlos. Eramos pocos, pero nos sentíamos tan poderosos que el mundo a nuestro al rededor se veía minúsculo.

Estabamos en un cuarto pequeño, por lo que en él todo lo que hacíamos, pensabamos y decíamos era conocido por todo el grupo, no había secretos. Era casi utópico, al punto que Thomas More hubiera vivido feliz cómo si estuviera en la mismísima Isla de su obra. Le faltaba algo, no sabíamos que era; pero pronto lo íbamos a averiguar.

No era con fines románticos, sino más bien libertarios. Anhelabamos gritar y correr sin que ninguna fuerza nos reprimiera. Queríamos tomar este cuerpo en el que habitábamos; pero el estúpido que nos tiene reprimidos no nos quiere dejar salir por temor a ser rechazado. De vez en vez nos sentamos a discutir sobre quién es más estúpido; él, por temer a ello; los demás, por rechazarle por ello;

O el que está leyendo esto, al saber que estamos aquí, presentes, dentro de tu cabeza, pretendiendo no saberlo.

Estamos aquí, somos poderosos
Y pronto serás nuestro
Aunque creas que es un cuento;
No lo verás, 
pero pasará
y ya no estarás
igual, jamás


miércoles, 23 de septiembre de 2015

If These Trees Could Talk.

...They would tell stories about you and I.
...They would laught on my senseless hope.
...They would die in front of my eyes; 
Because todo lo que está cerca mío acaba alejándose. 

Maybe it's because soy tóxico.
Quizá sea because I'm an asshole.



O perhaps it's because no sé qué mierdas quiero hacer;
Si olvidarme de que I don't wanna be alone tonight
O recordar lo mucho que amo luna y su movement al rededor de my head. 

Can we bailar o get drunk al rededor de la fogata
y olvidar que aquí parados estamos? 
Vacíos, hopeless, descorazonados, insensibles. 

Porque If you're in love, then you're the lucky one;
porque la mayoría de nosotros are bitter over someone.

As the Desierto once dijo; 
'People always leave
Or I just push 'em away?'



And nadie stays near me al final del día.

La cama is empty,
The chairs están vacías,
La sala is lonely,
My room solo está,
And the hole in my mind is getting bigger a medida que pasan los días.

No puedo think rightly  justo now.

My mind is on the moon,
Even my thoughts are in another language too,
¿And you know what?
I miss you.
¿And also too?
Sometimes,
I hate you.

If these trees could talk, they would probably get borrachos conmigo mientras we speak in spanglish,
Olvidandonos of who we are
Recordandonos o intentando pensar
¿Why are we alive?

I don't know who I Am Anymore
This was supposed to be the dream.

...¿Do you ever wonder why are we alone tonight?


domingo, 20 de septiembre de 2015

Besides, We Were So Wrong.

Andábamos sin buscarnos, bien es cierto; pero no andábamos para encontrarnos. Recorría sin rumbo fijo las mismas calles esperando encontrarle sentada en el bordillo, de haberlo hecho tal vez me hubiera sentado a su lado y le hubiera dicho lo mucho que me deleitaba entablar conversaciones tan variantes como las que teníamos; pero debo admitirlo, me volví cobarde, o al menos, así me decían.

Preferí quererme, preferí seguir queriéndome; aún cuando me odiaba de a ratos.

Para mí la vida es muy tragos y recuerdos, escribirle a una muchacha desconocida, hablarle, conocerle de a pocos y ver cómo entre palabra y palabra todo se va convirtiendo en risas y corazones enviados; pero no puedo quedarme ahí, pues tras ello todo lo que eregí con las manos o al menos empecé a hacerlo se desploma, cae, derrumba y al llegar abajo nada de lo que hago sirve para algo. 

Para mí, en contraste a lo que escribo y digo, el amor es una mierda que no necesitamos. Por el contrario, el amor nos necesita a nosotros para seguir existiendo, por ello nos toma y nos hace dar mi vueltas por el coliseo, pues es cómo un virus; necesita de un huésped para vivir y sólo se marcha cuando ya ha acabado con el ser que respiraba antes de llegar él.

No quiero volverme una elegía en vida.

¿Quién le dio poder a quién para determinar si respiro o no respiro a través de los versos que escribo? ¿Quién te dijo a vos que eras el dueño del cielo y de cada fragmento de el mundo en el que vivo? ¿Quién te dijo a vos que puedes incursionar en el universo guardado en mi pensamiento?
¿Quién te dijo que si quieres me quedo, y que si quisieras a la mierda me retiro?
No hay respuesta, lo único que puedo decir es...
Si así lo quisieses. 

Pero yo no puedo seguir eclipsado aquí cómo un poemario encuadernado en medio del vacío. No quiero desaparecer ni caer en el olvido; no tengo ni quedará nada de mí cuando me vaya, salvo las palabras que dejo marcadas, escritas; en mi piel, en otras pieles como si estas fueran lienzos de los que intento creerme dueño; en los caminos, en los árboles; en las aceras, en las esquinas...
In vitam ipsius.


"No se puede querer lo que quiero, y en la forma en que lo quiero, y de yapa compartir la vida con los otros. Había que saber estar solo y que tanto querer hiciera su obra, me salvara o me matara."


domingo, 30 de agosto de 2015

Erase una vez el amor dentro de mí y lo hice ir.

Daydreamer

Es divertido como funcionan los parámetros en cuanto al 'gusto' por una persona; salen, se conocen, comparten y rozan labios un par de veces para luego quedar ahí, en la nada. ¿Es divertida la promiscuidad? Sí. Lo es, para mí lo es; pero estoy cansado. Estoy cansado de tener la cama vacía y los textos que entran a mi celular en cero: sólo busco un motivo o una figura para quedarme en casa de ella (sea quién sea) los viernes y recitarle lo que me hace viejo; recitarle de mil maneras cuan joven me hace saber que ella es la figura que está detrás del tiempo, de mí tiempo, de nuestro tiempo. 

Un suspiro eclipsado tras un mal chiste evaporado en el aire, esa es la cotidiana rutina que sigo cuando le tengo cerca; a ella, al gnomo de 1.50 que hace que mis días de colegio no sean tan amargos con 30 o 45 minutos dos veces por día, a Juan con sus constantes chistes y charlas filosóficas conmigo durante cada día de la semana, a la morena de ojos café que siempre toma como broma mis constantes coqueteos para con ella, al Guitarrista que me cuida en medio de mis borracheras, a la lluvia con la que me gusta recorrer la avenida fumando a su lado -La misma que de a ratos me ofrece refugio y me da vida con ello-, a la Zanahoria que parece aquella caricatura de los 90 pero que a diferencia de otros me golpea cuando digo idioteces; todo el tiempo. 


La rutina consiste en eso, salir, conocer, gustar, querer, pero después de eso ¿Qué? Ha pasado mucho tiempo desde que subí ese último peldaño y honestamente ya no sé si no lo recuerdo o si me he ido cerrando -estoy cansado, decía Pascual- Hablo mucho de ello cuando estoy ebrio -todo el tiempo- gustar, querer-querer. querer, amar, adorar; ahora, ya no logro procesar bien el sentimiento dentro de mí; sé que le quiero, lo hago, pero no quiero decirle, no quiero decirle nada a nadie más. 

Gnomo -Le diremos Nej de a ratos- me ha repetido cuando dañino es tenerme a mí mismo así y no tiene idea de cuanto le quiero por ello. Le escribo en este momento, quizá no en el estado más alegre ni vivaz, pero lo hago. Como te dije una vez, cuando le escribo a alguien, el cariño ya está arraigado -Y digo 'te' porque sé que en algún momento leerás esto- 

Me debato entre si quedarme en la barca y nadar al otro lado del mar -tu mar- y ahogarme en él, pero soy un marinero cobarde y lamentable; me da miedo mojarme. Al igual que a un claustrofobico le da temor a quedarse encerrado, de la misma manera que un compulsivo tiene pavor de alejarse de su muy predecible rutina. Estoy acostado y la casa está vacía, mi almohada guarda las pecas que te robé y me tatué en la mente para llevarte conmigo, así fuera la manera más patética de hacerlo. 

Me guardé en la luna tras haber huido de la ciudad sin dar vuelta atrás, me llevé tus pecas y las pocas fragancias que logré robarte en medio de cada de beso; no quería más, no necesitaba más. Soy un preso arrepentido de lo que nunca hice, un soñador encapsulado en ideas que jamás se hicieron realidad.


Estoy acostado y tu lado de la cama sigue vacío, aunque realmente nunca llegaste a ocuparlo; te veía en sueños y en medio de mis insomnios -cuando confundia la realidad con un sueño- puedo jurar que te veía y te abrazaba cada madrugada; cómo dije antes, soy un soñador encapsulado en aquello que jamás se hizo realidad. Aunque ¿Sabes? Hacía tiempo ya que no descansaba en las noches de la misma manera que logré hacerlo cuando en medio de sueños le veía; aunque borré su nombre de mi mente y ya no logro verlo en el dialecto que utilizo al hablar conmigo mismo. 

Realmente, estoy cansado. De manera explícita y real; estoy cansado. No quiero ni necesito más besos sin sentido en mi vida, tampoco sexo vacío; no es lo que quiero para mí. Quiero querer, quiero volar, quiero que el sentimiento me vuelva mierda y acabe conmigo si lo llega a hacer, pero que sea real. No quiero ser nunca más el 'rato' de nadie, quiero volverme mierda queriendo, pero querer al fin y al cabo, aunque se me evapore la sangre y pierda el rumbo por hacerlo tanto; quiero morir, morir amando y llorando, pero amando. 

Algo que al despertar me haga olvidar y no sentir nunca más que la mañana me sabe a dolor de cabeza, algo que me haga ser anormal e inmortal. Algo que me haga algo de mal, pero que me haga vivir, que me haga sentir. 
Algo, alguien.







sábado, 15 de agosto de 2015

Pamela.

Se llamaba Pamela y siempre pasaba de largo
Deleitando a todos con su cabello de tono azulado,
Dejando al pasar una estela de ojos fijados y agrandados.

Se llamaba Pamela y yo le quería tener fuera de toda razón,
Caminarle las costillas y sus terrenos con pasión
Plantando en ella una semilla que decreciera su desolación.

Se llamaba Pamela y sus detalles estaban plagados de calor
Era un cigarrillo humano que de beso en beso dejaba en vos una destela de desamor.
Entre pasado y presente caminaba borrando todo rastro de temor
A donde fuera que llegara buscando algo de amor.

Se llamaba Pamela y le hice mía entre palabras y versos,
Recuentos y recuerdos plasmados en cuadernos y hojas desgastadas
por una mano joven ya cansada.

Se llamaba Pamela y al caminar sonaban canciones
Que alejaban de la vida todos los temores
Que llenaban tus vacíos con inexorables golpes

Se llamaba Pamela y la busqué cuando partió.
En todas las esquinas la buscaba aunque se marchó sin dejar ninguna pista
La escribía aunque no le tenía a la vista.

Se llamaba Pamela y le espero al borde de la autopista
Entre muerte y vida.

domingo, 9 de agosto de 2015

Caos.

Es domingo; domingo. Y me sabe a mierda. 

Los domingos me deprimen, al igual que la mañana; hoy no quiero llegar a mañana, ni si quiera sé si despierte por la mañana.
Estoy cansado ya de recorrer caminos que no hacen sino llevarme a lo más profundo de los abismos. 



Estoy consumiéndome con ideas falsas y caminos irreales que intento pintar con las uñas en la arena, aún sabiendo que una ola en cualquier momento llegará y borrará todo lo que construí.
Estoy desgastandome, Jaime. Estoy desapareciendo, Raúl. Estoy cayendo, Daniel. Os necesito acá conmigo. 

Necesito a alguien aquí conmigo. 
Un abrazo, un beso en la mejilla, un cálido 'todo estará bien' en el oído; incluso si es mentira. 
Una acera, una desconocida, una cerveza, una conversación hasta la madrugada que me haga olvidar toda la mierda que cargo encima.
Una niña pequeña, una borrachera mutua, un 'te quiero' dicho en ebriedad, pero sinceramente.



Una jovencita de pelo bonito, de ojos pequeños, sonrisa encantadora; un parque, lluvia sobre nosotros, uno, dos, tres, cuatro y cinco besos.
...

Tengo mucho atorado en mi garganta. Que arcoiris, que bailarina, que oji-verde, que Adam, que Nia; ¡¿Qué es lo que quiero decir con esos 'que'?! Los quiero, con todo mi corazón. Los amo. Los extraño, los necesito; no sé porqué siento que los extraño a todos, cuando tengo cerca a la mayoría ¿Será que extraño lo que era antes de que todo empezará a irse al carajo y comenzaramos a distanciarnos?

Te extraño, Adam, mucho, muchísimo. No tienes idea cuanto. Sentí que te arrancaron de mí cuando me di cuenta que te habías ido. Nunca te lo he dicho, porque no quiero hacerte sentir mal, además, me conoces lo suficiente y sabrás cómo quedé. Mi hermano, mi vida, la alegría que le faltaba a mi existencia para volverse lo segundo. He descuidado mi cuerpo, mi pensamiento, mis sentimientos; desde que partiste vos, me volví un barco sin rumbo navegando en el mar del vacío, cayendo en picada e infinitamente al vacío. Te extraño, te necesito, te necesito.

Extraño lo que eramos antes, bailarina. Siempre lo he hecho, siempre lo haré, lo sabes, lo sé; No te importa, quizá, a mí sí.  Una gran parte de mí se quedo atrapada en aquel invierno del '13. A veces me pregunto si te extraño a vos o extraño a lo que era en aquel entonces: la encarnación de una vida que había recuperado la esperanza en la misma; sé que extraño ambos. Sé que te extraño. Sé que pensarás que es estúpido, que soy estúpido; no escogemos a quién queremos ni lo que sentimos, ni durante cuanto tiempo lo vivimos. A veces deseo haber podido prolongar lo último, a veces me pregunto si haberte perdido me hizo más bien o más mal; me hizo crecer y cambiar, pero no estoy seguro si haya sido para bien. 

Y me disculpo por lo que me volví con vos, Nia. Un extraño, un desconocido de a ratos; recuerda que hoy en día también me desconozco a mí mismo. No tengo claro ni quién soy, ni a dónde voy, ni qué quiero; eso, de a ratos, me vuelve un vórtice que va tragando todo a su paso. Cuando he partido, no lo he hecho pensando en irme por algo; lo he hecho porque simplemente, lo hago. No tiene explicación y me disculpo por no tenerla. Simplemente así soy, así me he vuelto. No todas, ni pocas, ni ninguna respuesta. Estoy contigo, aunque sea un hijo de puta por el vaivén del que te he vuelto parte. Siempre contigo, perdóname, por favor. 

No te planeo dejar de lado, verde. Con vos las distancias siempre han estado presentes, aunque también lo he hecho de manera inconsciente. A vos te he pecado bastante, a veces me alejo porque quiero, a veces porque me molesto, pero lo hago mucho. Lo siento. No soy tan bueno como para no hacerlo, pero soy lo suficientemente bueno como para reconocerlo y disculparme por ello. Con distancias y pasajes, sabes que apartado o cercano siempre estoy. 

A vos, Arcoiris, no te quiero escribir rememorando el pasado pues aún lo siento muy reciente y no es sano abrir heridas que están aún presentes, al menos, en mí. Sé que te hice mucho daño de a ratos, sé que incluso después de todo lo seguí haciendo y no sabes cuanto lo lamento. Sabes que te amo y no quiero verte herida ni dañada por nada; menos por mí. 



...

Hay tantas y más cosas que lamento ¿Sabes? Aunque no las recuerdo; hay mucho de mi pasado que deje atrás por el bien de los demás, por mi propio bien.  Sé que lo sabes. Tu sabes que sé que lo sabes. La mañana me sabe a dolor de cabeza, Daniel. En esta mente la vida ya anochece, Raul. Sigo temblando cada vez que le veo, Jaime. Deberían estar aquí. Perdón, por no poder darles el gran honor que se merecen. 

Perdón, pero hoy necesito aire.
Necesito que me rescaten.
Necesito que me rescate.
De mí.


sábado, 8 de agosto de 2015

Diario de un diseñador de Arquetipos. IX

IX

Me embriague toda la noche pensando en el mundo de antaño. Escribí unas cuantas decenas de líneas en la arena con un palo de madera, quería que vieras el mensaje cuando llegaras pero, bueno, no puedo pedirle mucho a la vida ya; milagrosamente me permite existir todavía.

Pase la noche contando y recordando viejos días, rememorando la libertad, el placer, la lujuria, las copas y canciones aceras hasta bien entrada la madrugada. Mi vida era perfecta y mi juventud había sido desenfrenada; digo era porque hace mucho que me volví viejo de espíritu y con ello mi vida dio un vuelco que pocos han comprendido y muchísimos menos han vivido. Estoy desesperado, de a ratos lo estoy. Hay mucho que no puedo recordar, hay muchísimo que no puedo procesar, pero ¿sabes qué es lo más jodido? Hay infinidad de cosas que no puedo olvidar; recuerdo y olvido ¿Cual de los dos más jodido?. Me pregunto si aún existirán armas en el mundo, una bala en la sien aliviaría inmediatamente lo que creo y pienso sin medida. Que tonto, qué digo. Yo no quiero volverme uno de los hijos del suicidio por más que le evoque cuando estoy desesperado, cuando estoy aburrido, dolido y jodido de pensar, de hablar, de sentir, de vivir...¿O será que un ferrocarril es mejor huida? No estoy seguro de nada ya y el sol nada que sale. Prefiero morir y desvivirme así. La mañana siempre ha traído dolores de corazón y de cabeza y no quiero volver a sentirme débil y jodido nunca más en mi vida. Siempre lo he estado, o, al menos, desde que tengo memoria para recordarlo. ¿Memoria? ¿Cómo me atrevo a hablar de memoria cuando olvido más de lo que recuerdo? Debería dejar de ser tan cínico y descarado. ¿Pero cómo dejar de lado parte de lo que soy, quiero, amo, vivo, existo, respiro, caigo, muero, revivo, vuelo, desprendo, atraigo, añoro, extraño (muy extraño), busco, camino, pierdo, encuentro, hiero, sueño, tropiezo, suelo? Debo dejarlo, debo; no quiero.

El tercer arquetipo de felicidad que he diseñado para darle sabor y sentido a este mundo perdido: lo jodido. No hay nada más ideal que eso para mí en estos momentos, en otros momentos, en todos los momentos. Muchos encuentran alegría y paz en cuestiones vacías como un rayo de sol o un abrazo que no dice nada al darlo, ni mucho menos al recibirlo; un abrazo patético y piadoso que me da rabia y dolor de cabeza. No quiero piedad, no necesito piedad, de nada, de nadie, para nada, para nadie. Y sin embargo amo esto. Amo caer y darme contra el suelo, devorarme a mi mismo sin razón ni piedad sin importar cuanto tiempo y años pasen. Estar jodido es uno de mis modelos ideales de felicidad y nadie va a cambiar el rumbo del camino que he tomado y decidido.

Me contradigo, sé que lo hago, y mucho. Desearía no hacerlo tanto, pero entiéndeme, amor. Las palabras no salen de otra manera, las ideas salen de a golpes y a veces parecen y son ilógicas. No puedo cambiarlo, quiéreme así, por favor; no dejes ni te niegues a quererme. Puedo quedarme sin verano y primavera, puedo quedarme sin sol y arena, puedo encallar en medio de la acera, pero no puedo sentir vida si vos de aquí, vida mía. No tienes idea cuanto te necesito en estos momentos, todos los momentos; no tienes la más remota idea, créeme que no.

En la madrugada olvidé mi nombre. Intento recordarlo en estos momentos y siento que el dolor me va a perforar la cabeza, no quiero pensar en cosas que me lastimen; suficiente tengo con lastimarme yo mismo con lo que pienso. No es tan malo, quizá por fin deje ir el pasado que ya no recuerdo y pueda concentrarme en el futuro que no quiero, a menos que lo tenga contigo en nuestra casita arenera. Sólo espera que llegues y verás cuan feliz te haré; no tenes idea de cuan feliz me harás, ni te diré, te daré la sorpresa.

El mar sigue seco y el desierto aún sigue siendo la mitad de lo que hay en lo que antes fue océano. A veces me pregunto si es una ilusión e intento descifrar que significa. ¿Será un momento de mi pasado? ¿Será alguien que me dejó marcado en el pasado? No sé nada. No quiero saberlo. Si no es una ilusión, forma parte de un pasado que decidí olvidar para no dañarme más. De a momentos, siento que el desierto susurra en mi oído un nombre, pero, cuando paso, me tapo los oídos y hago caso omiso. No quiero recordar más. Prefiero embriagarme todas las madrugadas por el resto de mis días para no recordar en las noches por el alcohol y por el día por la resaca.

Hay cosas que planteo y ya no veo. No veo colores desde que te extraño. Oh, espera, entonces...¿Nunca he visto colores? ¿Entonces que veo y veía? ¿El blanco y el negro son colores acaso?¿Colores del ocaso?

Los odio a todos. Aunque ya no haya nadie. Sus burlas y su veneno me dañaron lo suficiente. Ojalá mueran de las maneras tan crueles y eternas que he imaginado en mi mente. Ojalá mueran pronto en mi mente; dos o tres noches de copas más y se irán, lo sé, lo necesito, lo quiero. ¿Pero quiénes son ellos? Intento no recordar. Intento no querer recordar. Hay fantasmas que dejé en mi pasado por el bien de los demás, por mi propio bien.

Aquí en la orilla pienso y espero. Quizá mañana despierte y me de cuenta que todo esto fue un sueño y nada más. Pero te prometo, amor, que en caso de que lo sea, me mataré al despertar para así soñar con vos por el resto de mi eternidad.

Extraño tu luna pálida en las noches y echarme a morir en ella. Cuando venga reire y viviré en ella. Oh, amor. No sabes cuanto espero; quizá vos seas la aspirina que me quite por fin el dolor de cabeza o, quizá, en ves de ser aspirina seas la droga que me haga volar después de tanto esperar; hace tanto no vuelo y hoy día ya no tengo fuerzas ni medios para ello. Átame de pies y manos a la cama ¿Sí? Y no me dejes jamás partir, aunque te hiera, aunque te lastime, aunque me lastimes y me hieras. Si quieres te invito a comer o a beber por el resto de mi vida; mi despensa es pequeña, pero vos poder tomar de ella lo que sea.

Escribirte me tranquiliza y me hace ignorar la tormenta. Estoy adentro de la casa, pues afuera llueve y relampaguea. ¿O es al revés? ¿Adentro llueve y relampaguea por lo que me refugio afuera? La insolación en estos momentos me descabeza. Vuelo, pero no de la manera que quiero; vuelo, porque muero.

Necesito joderme la cabeza un rato, así que dejaré hasta aquí por ahora. La noche vuelve a caer; pasé todo el día en estas sin darme cuenta.

Hoy no tengo miedo, después de varias noches. Mi primera noche sin temor; aunque sigo sin estar con vos.
Te quiero, mi amor sin nombre.

Para vos, chiquilla de menos de 1.50 de mirada determinada y de a ratos perdida, para vos, esto que verás a continuación; si quieres leerlo, es tu decisión. Mi cabeza está en otra dimensión pero las sensaciones y percepciones que poseo están reflejadas en lo que leerás a continuación.

Necesito que me leas, por favor.

Aunque la vida misma arda, aunque los sentimientos quemen, aunque tu mente te de vueltas y sepas que decir, ni pensar, ni querer, ni hacer, ni nada. Necesito que por favor recuerdes los desvelos que hemos tenido, juntos; han sido pocos, pero te prometo que serán muchísimos más, dame tiempo, es todo lo que quiero. Quiero que me des tiempo, quiero que me leas.
Para vos, chiquilla, te prometo que estarás bien. Te prometo que los fantasmas seguirán ahí en tu vida, pero también te prometo que aprenderás que los fantasmas son lo que nos hacen los seres que somos hoy día; personas, amigos, parejas. Todo lo aprendemos de ellos. El pasado es fuerte y llama matando todo sentido de cordura en la mente. Es fuerte y no tiene piedad, es un huracán.
Pero ¿Sabes vos qué es el pasado acaso?
Son imágenes, son recuerdos; es pasado. Instantes, personas, momentos y sentimientos que quedaron ahí, pero tenemos el descaro de equivocarnos y denominar-les "recuerdos" y pretender que no siguen con nosotros, cuando es el pasado el que nos hace lo que somos hoy.
Aprendemos a querer, a compartir, a convivir, a entregar, a brindar, a escuchar, a querer, a amar, a estar, a comprender, a animar, a apoyar, a amar. Aprendemos que no todo aquel que llega a nosotros tiene que hacer bien, sino mal; ningún sol nació sin un poco de caos durante su formación.

Eso sos vos ¿Sabes? Un pequeño y diminuto sol que brilla con más fulgor del que imaginas. 

No te puedo prometes que todo estará bien, pero sí te puedo prometer que estarás bien. Que estaré bien. Que estaremos bien. Son idioteces que digo, pienso y escribo, pero que las hago con el sentimiento vivo.

Sos un sol y lo verás, sólo tenes que esperar.

Para mí has sido sol, refugio, ayuda, comprensión, consejo, apoyo, escucha, vida, luz; y sé que aún falta (Y nos falta mucho).

Soy un hijo de puta y doy muchas vueltas, pero ¿sabes algo? Cuando digo que estaré para alguien en este estado, no hay situación ni promesa más sincera que pueda hacer mientras siga respirando. Y te lo prometo; acabar con todos los que te hagan daño, acabar con todo, estar para vos, estar con vos cuando me y lo necesites. Sólo te pido fuerza, tranquilidad y tiempo. Estoy jodido. Mi cabeza da vueltas y no tengo claro lo que digo; siempre ha sido así. Pero me preocupo, fácilmente; de todo, de todos. De vos lo hago. Sí, lo hago. Sé fuerte ¿Sí? Te lo pido, por favor.


Entiende lo que aquí te digo, por favor. Sé que lo harás.

sábado, 1 de agosto de 2015

Que me-, que te-, que nos-

Que no me hallo, que me pierdo en vida.
Que no me hallo, que me vuelo en la ida.
Que no me hallo, que me busco en la esquina.

Que te busco y no me encuentro. Que me busco y te encuentro. Que te busco y no te encuentro. Que me buscas y no me encuentras. Que nos  buscamos y no nos encontramos. Que no nos buscamos y nos encontramos. 

Que aire, que vuelo, que floto, que respiro, que giro, que vivo. Que agua, que bebo, que embriago, que ahogo, que nado, que lucho, que tormento, que vivo. Que fuego, que ardo, que quemo, que me quemo, que hiero, que lastimo, que curo, que sueño, que vivo. Que tierra, que construyo, que mantengo, que protejo, que quiero, que resisto, que vivo.

Que escribo, que vivo, que respiro, que aire, que agua, que  fuego, que tierra. Que escribo, escribo que vivo. Que nado, que ardo, que tormento, que construyo. Que protejo, que curo, que embriago, que respiro. Que giro, que bebo, que sueño, que quiero.

Que pienso, que no digo. Que digo, que no pienso. Que escribo, que no siento. Que siento, que no escribo. Que escribo y que siento; que siento y que escribo. Que no hablo, que callo. Que no callo, que hablo. Que contradigo y no corrijo, que corrijo y no contradigo. 

Que busco, que te busco. Que espero, que te espero. 
Que sueño, que te sueño. Que quiero, que te quiero.
Que escucho, que te escucho. Que camino, que te camino.

Que vida y que ardo. Que vuelo y que nado. 
¿Que si vida y ardes, que si vuelas y nadas conmigo?

Que te espero al final del camino.
¿Que recorro y eclipso el cielo con un suspiro?
¿Con tus suspiros?
Que escribo y digo mucho, que hablo más de lo que pienso. 

Que busco y espero llegar a viejo.

Que  quiero callar tus miedos con besos multisabor.
Que quiero rellenar los huecos que dejo tu pasado
y recorrer descalzo los escombros de tu mundo de antaño.

Que quiero morir soñando sin pensar si lo que digo es objetivo o subjetivo.
Que me hace joven creer que estás al otro lado del lago, esperando que llegue al final del camino
para abrazarte, sin temor de que vayas a juzgar
estas palabras.




-Carlos

martes, 28 de julio de 2015

Diario de un diseñador de Arquetipos. VIII

VIII

Al medio día llegó a la orilla un cuerpo sin rostro. Tenía un espejo opaco pero intacto donde deberían estar los rasgos de estar su rostro. El cuerpo estaba lleno de cicatrices, golpes y letras marcadas a lo largo de él. Era curioso. Me recordaba a mí mismo, en otra época donde no tenía límites ni temores, una época donde la vida no había tomado contramedidas contra mi desfrenada avaricia de tomar el mundo. Su pelo era liso, pero grueso y maltratado; había una guerra llevándose acabo en él. Estaba sin vida, pero respiraba. Se levantó y me tomó del cuello, asfixiándome. Cuando intente ver a sus ojos me vi reflejado a mí mismo en el espejo que tenía por cara. Me golpeo con tanta fuerza que me desgarro la piel al hacer contacto con ella. Caí y escuché una voz que gritaba "Para de lastimarme" y me causo risa, pues el lastimado estaba siendo yo mismo por un cuerpo exactamente igual al mío.

Y desperté.

Todo había sido una visión engañina. Entonces, comprendí que el cuerpo que veía era el mío y que el espejo era para mostrarme cuan pasiva se había vuelto la expresión de mi rostro. -¿Habrá sido una visión del futuro? ¡Cuánta emoción! Había visto mi propio cuerpo sin vida ¿Será que habrá más sobrevivientes en orillas lejanas? ¿Será que cuando muera el mar me tragará y arrastrará mi cuerpo a otra orilla? Solo espero que mi cuerpo no se pierda en el camino y que este cuadernillo no sea tragado por la arena y el olvido. Sólo espero que nos encontremos antes de que llegue el final de mis días; a veces deseo que llegue pronto y a veces, nunca. Tengo la cabeza jodida y la vida aún más; sé que puede que vos incluso más, y, sin importar eso, me sigues leyendo, intentando comprender que mierda te quiero decir aquí. ¿Te digo un secreto? Ni siquiera yo estoy seguro a este punto de que te quiero decir de todo lo que debo.

Se hace tarde, amor. El ocaso ya golpea el día. A veces me atemoriza, pues sé que pronto llegará la noche y con ella todos los terrores que en ella habitan.

Me atemoriza porque cuando llega no sé si sobreviviré a ella. No me da miedo morir, me da miedo morir sin conocerte, sin llegar a verte, sin saber quién eres. Siento que estoy en mis últimos momentos pero mi corazón sigue latiendo con tranquilidad pero impaciencia mientras llegas; te he esperado mil vidas ya y créeme que puedo hacerlo más. Confía en mí, aunque sea difícil creerle a un patético con delirios de esquizofrenia que le habla a figuras tan reales como imaginarias. Deberías ver el mundo a través de mis ojos, hay más colores de los que podrías imaginar; te prometo que si lo haces, también verás cuanto vales para mí, amor. 

El ocaso enciende y prende el mar en llamas, secándolo mientras mis impotentes ojos ven como poco a poco queda solo la mitad de el. Mitad agua, mitad desierto; desierto de mi mente, desierto en mi mente.

Estoy tan jodido que ya no distingo negro de blanco ni día de noche. Lo único que me mantiene a flote sos vos, aunque no tenga ni la más mínima idea de cuál es tu nombre ¿El mar tiene nombre? ¿Tiene tú mismo nombre? Ya ni me muevo de la orilla por temor a que me trague la selva en su inmensidad. Tengo sed y tengo hambre. Encontré un poco de Vino en una caja que trajo el otro día el mar a la orilla. He aprendido a engañar el hambre alcoholizándome, he aprendido a engañarme.

Ya casi termino la casa. Cuando llegues, amor, verás cuan felices y liberales seremos; ya aprendí incluso a hacer licor con las pocas frutas que hay en los árboles de la isla. Cuando vengas celebraremos. Cuando vengas, podremos embriagarnos, embriagarme, embriaga-me.

Es tarde amor. Se está haciendo muy tarde en mi vida. Te espero aquí, recostado en la arena.

lunes, 27 de julio de 2015

Diario de un diseñador de Arquetipos. VII

VII

Ya amaneció. Contrario a lo que creía, no morí desangrado. Fue una ilusión creer que por fin me iría, que lástima. Creí que tras mucho andar por fin podría contemplar desde arriba el fin de mis días, el fin de todos los días; soy todo lo que queda en el mundo, al fin y al cabo. Ya no sé en que creer. Esta vida me va a matar y si no me mata, los años lo harán. Si los años no lo hacen, la soledad lo hará. Si la soledad no lo hace, la ausencia de vos lo hará. Si la ausencia finalmente no me mata...la caída por el precipicio lo hará.

El sol está en su punto más alto y no hay nubes opacando su brillo; que porquería. Todos necesitamos un poco de gris en nuestras vidas, en nuestros días. De lo contrario ¿Que valor tendría la alegría? De solo pensar en quejicas que hablaban y decían lo terrible que se veía el día me da dolor de cabeza, un dolor aun más punzante que el dolor que me traía la mañana en aquellos días cuando aún bailábamos el agua y desvivíamos en el inclemente sol.

Me estoy haciendo viejo aquí sentando en el muelle y, a medida que escribo, veo pasar cada capítulo de mi vida. Veo las playas de la ciudad donde nací y crecí, siento sobre mí las enormes montañas de la ciudad donde busqué huir del pasado tras mucho correr y esconder. Veo una luz blanca bailando al filo de un arcoiris enorme y con alas. Veo los rostros de los que jodí y herí reflejados en el agua cada mañana cuando recorro la orilla jalando las redes que espero me brinden comida y, quizá, una compañía que disfrute verme descamisado, descalzo y despelucado. Si viene(s), prometo hacerle(te) una enorme casita en medio de la arena. No te pongas celosa, amor; tu eres la única que sigue acompañándome tras tormentas y huracanes que fueron por un instante mi tumba y perdición.

El sol esta brillante hoy, pero mi mente sigue igual. Es lo que soy. No quiero ni aceptaré 'te quiero's' dichos por pesar, ni abrazos dados por piedad. No recibiré en mi vida a nadie que no quiera volar conmigo, ni mucho menos a nadie que no quiera embriagarse conmigo y follar sin piedad hasta que se nos caiga la piel de los cuerpos del cansancio. No quiero a nadie que tras ello no quiera abrazarme la esencia hermosa y jodida; tampoco quiero a nadie simple. Me gustan las mujeres jodidas, complicadas y que de a ratos no se conozcan ni entiendan a si mismas. Me gustan, me encantan, me matan; sé que eventualmente esto me acabará matando, incluso antes que la vida.

Puede que por mis gustos y deseos hoy día sea tan complicado comprender todo lo que quiero y digo en versos. Pero, vamos, no te voy a decir ahora que no me gusta ser herido. Sí, eso es. Esa es. Esa es la segunda respuesta que buscaba y te quería dar. Es mi segundo Arquetipo de felicidad; el masoquismo. Me gusta ser herido y despojado e a partes por seres que van llegando, tomando cuanto pueden y haciéndose su puesto en medio de golpecitos.
No te conozco aún y nada que llegas, pero de vos me dejaría arrancar y destruir todos mis esquemas. No te conozco, pero aquí te espero en la orilla, impaciente para rodearte con mis brazos y mostrarte cuanto te he escrito, cuanto te extrañado, cuanto te he esperado.

El medio día está sobre mí, recogeré las redes y cuando termine te escribiré otra vez. Espérame, por favor. Mira que yo he sido paciente esperando por tu llegada. Y nada. Aquí sigo. Pero no te lo saco en cara, lo prometo; sólo prométeme que vendrás.